viernes, 13 de marzo de 2015



         
EMOCIONES ÍNTIMAS (Continuación)


Se incorporó. Mis ojos se habían acostumbrada a la oscuridad y pude distinguirlo en la penumbra, excitado, con su pene tan firme como al inicio de la noche cuando iniciamos el primero de nuestros polvos, y le rogué, casi suplicando:

-Ven, acércate, quiero sentirte dentro, que me penetres, pero tú.
Ignoraba su reacción. Manso como un corderito procedió a tumbarse sobre mí, apoyando los codos en la cama en su estilo para no causarme daño. Pero cuando nuestros cuerpos se fundieron en uno solo, oí cómo susurraba a mi oído:
-¡Susana!, putilla, dime, Susanita ¿con quién follas esta noche?
¡Dios, santo! Se dirigía a su mujer. ¿Qué sospechaba?
-Contigo, cariño -me atreví a responderle adoptando un tono cómplice y mimoso en la voz- sólo me gusta hacerlo contigo.
-¡Mientes, zorra! –dijo visiblemente irritado.

Pero el juego me había convertido en una chica valiente y no me importó seguir comportándome como si fuera ella. Jadeaba. Respondía a sus insultos con demandas fingidas de perdón y prometiendo no volver a engañarlo en el futuro con nadie. Jadeábamos los dos. Y sus manos rodearon mi cuello, tensando sobre él el collar de perlas, y sus dientes mis pezones, y sus acometidas se volvieron tan violentas y desesperadas que los barrotes de la cama comenzaron a crujir amenazando con desplomarse.

Creo que sus fieras acometidas me causaron daño, verdadero daño físico. Si soportaba los dolores, colaborando incluso, y le consentí y le rogué que no parase, que siguiera castigándome como me merecía por comportarme como una putilla y ponerle los cuernos con otros hombres, es porque había aceptado interpretar a su infiel esposa y soy buena interpretando, y porque pocas veces en mi vida se habían desatado dentro de mi alma tantas emociones, y tantos placeres a lo largo y profundo de mi cuerpo, ni por supuesto tantas ganas de que alguien me hiciese el amor hasta que no quedara ni una pizca de ganas ni deseo en mi cerebro ni en mis enrojecidos genitales.



                Primeras lecciones   -

ya en amazon, Amabook, Casa del Libro...

En "Primeras lecciones", Penélope,   una joven de dieciocho años, inocente e ingenua,  con carita de ángel,   llega con toda su candidez a la Universidad   donde se encuentra con Marta, una antigua compañera de colegio que la   acercará a mundos y hombres que ayudan a Pe  a descubrir sentimientos,  placeres y emociones después de los cuales no será la misma.



Apasionada e intensa "Primeras lecciones" te ayudará a conectar con la parte más gozosa y divina de la condición femenina y humana,
a disfrutar del erotismo y el sexo con toda la dulzura y la pasión de una chica de dieciocho...

No hay comentarios:

Publicar un comentario