lunes, 15 de diciembre de 2014


ENTREVISTA XVI
PAULA- No habías terminado de contarme tu linda mañana en la pradera a la orilla del río.
PENÉLOPE- No pensaba esconderla. Entre otras cosas porque cuando terminamos me consideraba la chica más afortunada sobre la superficie de la tierra. Tomó la toalla. Le pregunté:
“¿He sangrado?”.
“Unas gotas solo”
>>E hizo un rebujo con la toalla, me limpió y luego la arrojó hacia unos matorrales.
“No seas cochino”, le dije, “¿cómo la tiras ahí?”.
“Puede serle útil a alguien. ¿Qué quieres, guardarla como recuerdo?”.
>>Nos abrazamos y, con toda la chica “ecológica” que sabes que soy, me olvidé de la toalla. Lo único que no se me había olvidado era lo de Miqui. Me daba rabia que lo hubiera hecho con ella y creo que también celos de que siendo una mocosa lo hubiera disfrutado antes que yo.
“Pero hay algo, Rafa, que no te perdono”, le dije.
“¿Qué me ha salido tan mal?”
“No puedo creerme que también se lo hayas roto a Miqui”
“¿Quién te ha dicho que me he follado a la prima?”
“Tú”
“¿Yo? No recuerdo que esas palabras hayan salido de mi boca”.
“Cuando te lo he preguntado no lo negaste, y por la manera de reírte entiendo...”
“Oh, Pe, veo que tienes una fantasía muy calenturienta, ¿sabes que eso puede ayudarnos mucho a que disfrutemos del sexo?”.
“No disimules ahora”
“De todos modos no tendría nada de extraño un buen polvo con la primita. No es tan guapa como tú pero está hecha un bomboncito y es un poco golfa. Lo que sí te aseguro es que virgen no es”.
“¿Cómo lo sabes?”
“Tiene un ligue. Lleva saliendo unos meses con el Pipas”.
>>Es como llaman al chico del quiosco, como mucho un año más joven que Rafa.
“Pero si no es más que una niña”
“Oye, Pe, si tenéis casi la misma edad”.
>>Echando cuentas con los dedos como una boba, comprobé que si yo cumplía dieciséis en noviembre y ella, aunque hubiera nacido un año después que yo, es de principios de julio, en ese verano en concreto las dos teníamos quince.
>>Miqui era muy mona pero bajita y eso contribuye a que Montse y yo la considerásemos una cría para permitirle jugar con nosotras de pequeñas. Aunque mirándola bien compensaba con un buen culo y unos pechos más que considerables. Es, como dicen los tíos, “de las que les salen las tetas antes que los dientes” y ya con catorce sus curvas, que siempre se ha encargado de resaltar, llamaban la atención. Creo que le gusta que la miren. De hecho los comentarios de Rafa no me dejaron más tranquila.
“Y por cierto, según dice el Pipas, ahí donde la ves es una fierecilla follando”
“¿Por qué os contáis esas cosas los chicos?”.
“A algunos les gusta alardear de sus polvos”.
“Tú no irás a contarle lo nuestro a tus amigos”.
“Yo no necesito contar, Pe. Creo que los que lo hacen es porque realmente follan poco y necesitan darse ánimos”.
“Pero dices que el Pipas con Miqui...”.
“Con toda la cría que la consideras no creo que tenga suficiente con ese capullo. La he visto tonteando con otros y no me extrañaría que le pusiera los cuernos”
>>Me entraron dudas. Dudas que no me han desaparecido a día de hoy, pues el muy gamberro comenzó a picarme con insinuaciones de lo más cochino, llegando incluso a decirme algo que me ofendió.
“En realidad, Pe, todas las mujeres de la familia sois un poco viciosas, os gustan mucho el sexo y los tíos”.
>>Ya habíamos tomado la bicicleta aunque caminábamos los dos y para chincharlo le dije:
“Menos tu madre, claro”.
“Mi madre es la excepción”.
“Y tu hermana”.
“Por mi hermana ya no pondría yo la mano en el fuego”, dijo el muy golfo.
>>No me había gustado ese comentario, pero como me llevaba cogida por el hombro y me besaba cada dos por tres en la mejilla y yo comenzaba a sentirme muy enamorada de él, solo le dije:
“Rafi, ya sé que algunas cosas las dices para excitarme o tomarme el pelo, pero tienes que distinguir aquellas que no me gustan y evitarlas, por favor”.
>>Sonrió con su sonrisa maliciosa, me tomó de la cintura y con la bici apoyada en su trasero me regaló el último y apasionado beso de aquella bonita mañana.
PAULA- Te felicito. No todas hemos tenido la suerte de vivir una mañana de verano tan estupenda.
PENÉLOPE- Cuando regresamos, la abuela nos estaba esperando a la puerta de casa hecha un basilisco.
“Pero ¿puede saberse de dónde venís a estas horas? Son casi las cuatro de la tarde y la comida se habrá quedado buena. Hace dos horas que mandé a Montse en vuestra busca y fue incapaz de encontraros”.
>>Yo me puse colorada y miré a Rafa, esperando que contase con buenos recursos para calmar a la abuela. Como siempre, no le costaría demasiado. Primero le mintió sobre el destino y los motivos de nuestro paseo. Después con que se nos había pinchado la bici. Y cuando la abuela le respondió, “pues yo no la veo pinchada”, diciendo que precisamente lo que nos había retrasado era reparar el pinchazo. Y por si no la creía le estampó un sonoro beso y le dijo, “ande abuela, no se ponga así, que si me invita me quedo a comer con Pe. Ya sabe que conmigo se lo comerá todo”.
>>Y mi abuela volvió a llamarle granuja como de costumbre y se rieron y, claro, se quedó a comer con nosotras. Y mi abuela, tan encantada como yo.
PAULA- La verdad es que te considero muy afortunada, Pe. La mayoría de las ocasiones los “estrenos” sexuales resultan cuando menos decepcionantes. Y te hablo por propia experiencia. El que tu primo Rafa consiguiera complacerte como si fueras para él una auténtica diosa creo que ha influido en que hoy seas una chica que goza tanto y tan bien con el sexo.
PENÉLOPE- ¿Tú crees?
PAULA- Bueno, la verdad es que yo fui una de las que se llevaron un pequeño chasco en la primera relación y ahora también disfruto a tope normalmente. Será que somos así.
PENÉLOPE- Es una suerte, ¿verdad?
...


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